martes, 14 de febrero de 2012

La República Dominicana,un pais muy singular.

 Por William Rafael Reyna Rivas. 
Solo en un país con las singularidades que adornan a la República Dominicana un personaje como el ingeniero Hipólito Mejía Domínguez pudo llegar a ser Presidente Constitucional de todos los dominicanos y dominicanas. Lo peor es que aún su figura genera opinión publica. Los dominicanos y dominicanas debimos estar poseídos a la hora de haber elegido presidente a este hombre que no hace más que ofender y actuar de forma impulsiva e injuriar a todo el mundo.Su gestión ha sido la más desastrosa y corrupta de toda la historia de nuestra joven democracia, es más, su gobierno solo se puede comparar con el de Buenaventura Báez (1854), gobierno tan corrupto que hasta la Casa Presidencial hipotecó, así como una larga cadena de hechos delictivos que dieron con la rebelión contra él y por vía de consecuencia la creación de un nuevo gobierno ( gobierno de Santiago) así como la proclamación de la Constitución de Moca tras el desfalco a los productores de tabaco de Cibao.
Hipólito Mejía acabó con las reservas del Banco Central, destruyó la macroeconomía heredada del gobierno 1996-2000, nos puso de ridículo en los foros internacionales con sus ocurrencias lingüísticas y no satisfecho con todo el daño, se hizo una Villa en la Provincia La Vega, municipio de Jarabacoa por valor de varios millones de pesos con los recursos del Estado, provista de acueducto propio y carretera exclusiva hecha por la Secretaría de Estado de Obras Publica (SEOP) dirigida entonces, por su flamante súper ministro Miguel Vargas Maldonado. Estamos seguros que si la historia se pudiera corregir y escribirse de nuevo ese gobierno que dirigió al país en el periodo (2000-2004) nunca hubiese existido. El Partido Revolucionario Dominicano (PRD) debe reflexionar y dejar que los mejores hombres y mujeres que lo conforman tomen el relevo y reconduzcan esa organización con otro criterio. Esos dirigentes antagónicos e impopulares deben retirarse y permitir una transfusión natural de liderazgo para que puedan hacer un mejor papel del que hasta ahora ha venido desempeñando.
La República Dominicana no debió permitir un presidente como Hipólito Mejía. Dimos un salto cualitativamente incorrecto, elegimos un hombre sin discurso, grosero e irrespetuoso con todos los sectores que conforman nuestra sociedad, incluso con la iglesia.
 
MOVIMIENTO EN APOYO LIC. DANILO MEDINA Y DRA. MARGARITA CEDEÑO
 

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